Comprar para vivir vs. comprar para renta. ¿Qué te conviene?

Las principales claves a tener cuenta antes de concretar una inversión inmobiliaria.

A la hora de pensar en realizar inversiones inmobiliarias, son muchas los aspectos que deben ser analizados. Uno de ellos es el debate en torno a la conveniencia de comprar una propiedad para vivir o hacerlo para obtener una renta. Cada una de estas opciones tiene sus ventajas y desventajas, que vale la pena estudiar.

“La inversión en ladrillos es la mejor opción, no importa el contexto”, es una de las frases que más se escucha. Ello se debe fundamentalmente a una tendencia histórica mundial sobre la valorización de las propiedades, que no importa el país o las circunstancias, siempre irá hacia arriba.

Más allá de que nadie objetará la certeza de esa afirmación, comprar una casa o departamento, o bien participar en la etapa de preventa de una propiedad, encierra sus propios interrogantes. Uno de ellos es justamente el referido a la compra para vivir o para rentar. Las opciones son múltiples, ya que el mercado inmobiliario es bien amplio y flexible. 

El éxito de la operación no dependerá exclusivamente de la búsqueda personal sino también de la consulta de forma directa con actores especializados en la materia: tal es el caso de alpozo.com, que permite conectar directamente a los desarrolladores con potenciales compradores cara a cara sin intermediarios.

En el caso que se desee adquirir un inmueble para obtener una ganancia económica, lo primero a tener en cuenta es cuál es la renta esperable que se recibirá. Hoy en día existen diversos informes disponibles en la web que pueden orientar sobre el valor del metro cuadrado en determinada ciudad o el alquiler promedio de un barrio.

Amén de ello, es preciso tener en claro que la inmobiliaria no es una inversión a corto plazo. Las diferentes etapas que la componen -desde buscar la unidad ideal hasta encontrar un inquilino- llevan su tiempo. Para acortar estos plazos y hacer la propiedad más atractiva, hay una serie de pautas que no deben pasarse por alto.

Lo primero que surge es no olvidar lo que se conocen como “Las 3 L del Real Estate”: Location, location, location. La ubicación es el principal aspecto en la compra de una vivienda. Algunas de las preguntas que servirán para resolver este problema son: ¿qué servicios públicos llegan? o ¿en 10 años esta zona tiene potencial de crecimiento o ya está en su máximo?

Si la propiedad está cerca de una gran avenida, una zona de oficinas, universidades o estaciones del servicio de transporte, no sólo se rentarán rápido, sino que también tendrán una mayor plusvalía.

Otra de las variables es el precio del inmueble. Un departamento más caro tendrá un rango menor de potenciales inquilinos, pero por otro lado permitirá una renta más alta. También hay que considerar los impuestos provinciales y/o municipales, que también encarecerán el valor de la propiedad o repercutirán en la renta final.

Como dueño del inmueble es aconsejable saber cuál es el costo mensual que tendrá la propiedad. El valor de las expensas en los departamentos puede ser muy alto –sobre todo aquellos que tienen amenidades, encargado y seguridad- y esto repercutirá en el precio del alquiler.

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